Fase Conciencia: Ser consciente del proceso y de su realidad es muy importante. Esto significa que vamos ha entender cuales son esas ideas irracionales que nos acompañan, teniendo en cuenta que pienso acerca de la situación, que siento cuando vivo esa situación y cómo actúo frente a la situación que estoy experimentando y me puede incomodar, después de elaborar este ejercicio poderoso, podrás tener más elementos para identificar de manera concreta el relacionamiento contigo y con tu entorno. Tendrás la capacidad para saber cuales son tus necesidades intrínsecas y extrínsecas. En esta fase se le da un nuevo enfoque al motivo de consulta y se trabaja sobre los aspectos importantes que necesitas reforzar. Aprender a Aprender o a reeducarnos para establecer una nueva fase.

Fase de Planeación: Una vez tomas conciencia de tu estado, tendrás los elementos necesarios para ubicar
que es lo urgente de lo importante. Es decir, lo que deseas obtener a partir de lo que
tienes en tus manos, tendrás la decisión de modificar comportamientos, pensamientos y
sentimientos que no te estén alineados con tus metas, propósitos y tu ser, plasmándolo
en proyecto propio.

Esto significa encontrar esas habilidades que necesitas desarrollar, hacia donde quieres llegar, ser responsable de ti estableciendo unas listas de pendientes, clasificar, reorganizar compromisos, planes y acciones para mejorar tu calidad de vida.

Ejecución: Se inicia con la fase de ejecución de las metas y propósitos personales, a su
vez que es muy importante trabajar sobre el ser y así encontrar el sentido a la vida. Cuando el ser humano encuentra sus propias soluciones y a partir de este recibe los resultados que estaba esperando, es un momento único para trascender positivamente y dejar a un lado la situación aprehensiva, pero si por el contrario no se dieron los resultados esperados, se reajustan las necesidades y se vuelve a realizar todo el proceso.

La evaluación de dichos cambios genera más validez a todo el tratamiento, llevando a establecer si los objetivos y expectativas se cumplieron o no.

Mi entorno, mi espacio: El entorno dónde trabajo o vivo tiene mucho que ver con mi estado emocional.

El espacio que compartes con las personas que amas, que convives o si vives solo, se impregna tanto de energía positiva o negativa, todo depende de tus hábitos de limpieza, orden de las cosas y pensamientos que pueden ser favorables o nocivos para tu salud mental.

El ambiente influye significativamente cuando estoy iniciando un tratamiento psicológico donde estoy modificando o ajustando positivamente conductas en mi vida.